Pese a la dificultad que entraña el encontrar en las representaciones pictóricas (alguna que otra escena de luchadores como los que se ven en l portada de Santa María de Sangüesa o en el claustro de San Pedro de la Rúa de Estrella), podemos decir que el hombre llevaba una especie de bragas asimiladas a los actuales calzones, sobre esta prenda se viste la saya (prenda con ligeras variaciones durante la Baja Edad Media) y viene a ser una túnica de diferentes larguras a veces hasta los pies, de mangas ceñidas y con el escote abierto en forma de amigaut, que tiene su origen en los trajes orientales. Los campesinos y artesanos sólo llevan esa prenda, algunos con un gorro de menestral y generalmente de tejido de lana teñida generalmente según la clase social de marrón, blanco, y las clases sociales más altas llevan encima el pellizón (hasta los pies y suele ser de piel con un gran escote en forma de trapecio por delante y elevado por detrás y el manto (capa, denominada gonela de patrón rectangular con un agujero en el centro para la cabeza, a veces también llevaban una capucha, no tenía costuras a los laterales, más tarde evoluciona, se le cosen las costuras y se pasa a llamar banlandre). Los trabajadores del campo(labradores, pastores…) visten con pieles muy bastas, en forma de sayas.
Entre los años 1170 y el 1340. En aquella época, las vestiduras de los hombres y las mujeres eran prácticamente iguales, y se basaban en diversas túnicas sencillas, cortadas en forma de T, y ajustadas con cordeles o con cinturones. La única diferencia entre el hombre y la mujer es que la mujer iba vestida hasta los pies mientras que el hombre solía enseñar las piernas. Para evitar el frío, se utilizaban calzas que se enganchaban en una especie de ligueros que pendían de la cintura. Los tejidos eran variados, aunque lo más frecuente era el paño de lana. Sin embargo, ya se elaboraban otras materias y, desde Oriente, llegaba con frecuencia mercancía tejida en lana. El algodón y el lino eran también frecuentes en la España medieval. Una pieza típica de la península era la capa con una abertura para introducir el brazo izquierdo. También existía ya, en plena Edad Media, el albornoz, que era una prenda habitual entre los musulmanes, «un tejido de lana hecho con estambre muy retorcido y fuerte, a manera de cordoncillo», y con el que se confeccionaba «una capa con capucha». Y es que, aunque los ropajes que se mostraron en el Palacio Real son de reyes de la Reconquista, las influencias árabes y orientales se dejan ver claramente en el vestir del momento.
Las clases más bajas, pobres, desheredados son los que visten los primeros pantalones, vale, y los judíos también empezaron a llevar esa prenda, denominados los tubrucos, una derivación de las calzas germánicas, al principio sólo cubrían la parte de los cuádriceps, y se llamaban femoralias. Los juglares (estos también llevaban un tocado característico de dos picos como cuernos, denominado el gorro de los locos), bailarinas (peinadas con el pelo suelto y largo y ataviadas además de una saya muy ajustada al cuerpo y ceñida con un cinto y mangas anchas y volátiles) también llevaban esta prenda, así podían moverse y contorsionarse mejor.
domingo, 6 de septiembre de 2009
VESTIMENTAS Y MODA DEL SIGLO XII
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